Los inicios de la perfumería se remontan a la Edad
de Piedra, cuando los hombres incineraban maderas aromáticas para complacer con humo a sus divinidades. De "par
fumum" viene el origen de la palabra.
No obstante, la fabricación de perfumes para uso humano comenzó con los
egipcios, quienes fueron los primeros perfumistas artesanales que se
tiene noticia y que lograron extraer aromas naturales de los más variados tipos.
Para que se tenga una idea de cuánto avanzaron en
este sentido llega con mencionar que cuando se abrió la tumba del faraón Tutankamón
se encontraron más de tres mil botes
con fragancias que aún conservan su
olor, a pesar de haber sido enterrados por más
de 30 siglos. Por aquellos tiempos las egipcias colgaban de sus cuellos pequeños recipientes de barro con sustancias aromáticas y llegaron a creer que el buen olor no sólo seducía a los hombres, sino
que asustaba las enfermedades.
Con el tiempo, la perfumería sufrió muchas transformaciones, hasta llegar a la producción industrial ya la categoría de artículo de
lujo con la que hoy es
conocida.
Uno de los descubrimientos claves para llegar a ello fue el hallazgo árabe del alcohol,
en el siglo VIII. Aceites y resinas olorosas diluidas en el alcohol revelaron toda la plenitud de sus cualidades aromáticas,
dando así origen a perfumes mucho más finos.
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